La respuesta es simple:
1. La traducción ofrece mayores oportunidades de venta.
Comprender claramente las ventajas de comprar productos o adquirir servicios es un requisito ineludible para la venta. Evidentemente, nadie comprará algo que no sabe para qué le resulta útil. ¿Por qué gastar dinero, especialmente en un contexto económico de crisis, si lo que compro no cambia en nada la situación actual? El empresario invierte dinero para resolver problemas que hoy le resultan engorrosos y costosos. Es por eso que necesita comprender con claridad qué solución le brinda el nuevo producto o servicio que adquiere.
2. La traducción mejora la imagen empresarial.
El plurilingüismo habla bien de su amplitud de criterios en cuanto a los posibles clientes, de distintas partes del mundo. Hoy por hoy, el empresario no puede pensar en “micro” mercados, sino en “macro” mercados. ¿Por qué pensar solamente en los posibles clientes de Estados Unidos y no en los de Oriente? Todo cliente es necesario y bien recibido, ya que con todos se puede llegar a interesantes acuerdos económicos. La globalización de la economía hace que más allá de las distancias, y de los idiomas, todas las empresas tengan problemas similares. Esta es la razón por la cual la solución que encontró un empresario le puede servir al mundo entero, no solo a sus compatriotas.
3. La traducción reduce los costos empresariales.
Debido a que los clientes comprenderán claramente las ventajas y la forma de utilizar sus productos o servicios, ahorrará costos en Atención al Cliente y Asistencia Técnica. Y en un momento de crisis económica como el actual, ahorrar costos es el objetivo inmediato de muchas empresas de primer nivel. Si bien el Departamento de Asistencia Técnica y el de Atención al Cliente son necesarios, es importante encontrar soluciones inmediatas para agilizar las tareas que se desarrollan en el sector productivo y evitar tiempos de espera e interrupción de las actividades.
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