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Hace unas sem21551140 blog traduccion chistes21 300x214 La traducción de chistesanas hablábamos de la dificultad inherente de la  poética. Junto con la poesía, otra forma de comunicación que resulta compleja a la hora de traducir es el . Como traductores, quizá nos enfrentemos más a chistes que a poemas, dado que el  es un recurso muy utilizado en el marketing.
Al igual que en la traducción de la poesía o las canciones, al traducir un chiste es fundamental la libertad creativa. En la práctica, es muy común que los chistes cambien completamente de un idioma a otro. Lo esencial, en este caso, es transmitir la idea básica.
Sabemos que el estilo del chiste, su juego de palabras o su “doble sentido” son algunas de las características que lo hacen lo que es. Al traducir, tenemos que tomar en cuenta estos detalles e intentar adaptar la idea o el humor original a nuestro idioma.
Leo Hickey, en su ensayo titulado “Aproximación pragmalingüística a la traducción del humor”, sostiene que “Es sabido que el humor viaja mal, que suele marchitarse en el trayecto más corto, llegando deshecho, si no muerto, a su destino, al trasladarse de un idioma a otro”. Al traducir un chiste, debemos tomar en cuenta siempre de no procurar una traducción literal. En cambio, lo importante es trasladar el chiste a la cultura meta de la traducción. Ni siquiera dentro de una lengua, como el español, se puede traducir un chiste de igual forma entre país y país.
“El chiste más gracioso del mundo”, un “sketch” de Monty Python, resume lo anterior. La premisa es que alguien inventa un chiste tan cómico que la gente literalmente se muere de la risa al escucharlo. Sin embargo, al final, un chiste es traducido del alemán al inglés y queda así: “There were zwei peanuts walking down the straßeund one was ‘assaulted’… peanut” (“Dos maníes paseaban por la calle…pero uno de ellos fue asaltado por salado”). ¡Por suerte está enterrado bajo un monumento con una inscripción que reza: “Al chiste desconocido”!
Por lo tanto, si desconocemos los giros lingüísticos y las bromas “privadas” de un país en particular, tenemos que contactar a un traductor especialista que conozca el idioma del lugar. 
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Existen dos sistemas básicos para representar los números mediante signos: la «numeración arábiga», llamada así porque fue introducida en Occidente por los árabes, y la «numeración romana», heredada de los romanos. Además, los números pueden representarse mediante palabras, denominadas «numerales». En la numeración arábiga, cualquier número puede representarse mediante la combinación de solo diez signos, llamados cifras o dígitos: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9; la numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo. Debido a su mayor simplicidad, la numeración arábiga sustituyó en la Edad Media al sistema romano, que ya no se emplea en la actualidad, salvo en unos pocos casos. En los textos escritos pueden emplearse tanto cifras como palabras.
1. Uso de cifras o de palabras. La elección de cifras o de palabras en la escritura de los números depende de varios factores: el tipo de texto de que se trate, la complejidad del número que se deba expresar y el contexto de uso. Así, en general, en textos científicos y técnicos es más normal, por su concisión y claridad, el empleo de cifras, y resulta obligado cuando se trata de operaciones matemáticas, cómputos estadísticos, inventarios, tablas, gráficos o cualquier otro contexto en que el manejo de números es constante y constituye parte fundamental de lo escrito. Por las mismas razones de concisión y claridad, en carteles, etiquetas, titulares periodísticos y textos publicitarios es también general el empleo de cifras. Por el contrario, en obras literarias y textos no técnicos en general, resulta preferible y más elegante, salvo que se trate de números muy complejos, el empleo de palabras en lugar de cifras. A este respecto pueden ofrecerse las siguientes recomendaciones generales:
1.1. Se escribirán preferentemente con letras:
a) Los números que pueden expresarse en una sola palabra, esto es, del cero al veintinueve, las decenas (treinta, cuarenta, etc.) y las centenas (cien, doscientos, etc.): Me he comprado cinco libros: tres ensayos y dos novelas; Este año tengo cincuenta alumnos en clase; A la boda acudieron trescientos invitados.
b) Los números redondos que pueden expresarse en dos palabras (trescientos mil, dos millones, etc.): Acudieron cien mil personas a la manifestación; Ganó tres millones en un concurso.
c) Los números que se expresan en dos palabras unidas por la conjunción y (hasta noventa y nueve): Mi padre cumplió ochenta y siete años la semana pasada; En la Biblioteca de Palacio hay treinta y cinco manuscritos.
No es recomendable mezclar en un mismo enunciado números escritos con cifras y números escritos con letra; así pues, si algún número perteneciente a las clases antes señaladas forma serie con otros más complejos, es mejor escribirlos todos con cifras: En la Biblioteca de Palacio hay 35 manuscritos y 135 226 volúmenes impresos, 134 de ellos incunables.
d) En textos no técnicos es preferible escribir con letras los números no excesivamente complejos referidos a unidades de medida. En ese caso, no debe usarse el símbolo de la unidad, sino su nombre: Recorrimos a pie los últimos veinte kilómetros (no los últimos veinte km). Cuando se utiliza el símbolo, es obligado escribir el número en cifras.
e) Todos los números aproximados o los usados con intención expresiva: Creo que nació en mil novecientos cincuenta y tantos; Habría unas ciento cincuenta mil personas en la manifestación; ¡Te lo he repetido un millón de veces y no me haces caso!
f) Los números que forman parte de locuciones o frases hechas: No hay duda: es el número uno; Éramos cuatro gatos en la fiesta; Te da lo mismo ocho que ochenta; A mí me pasa tres cuartos de lo mismo.
1.2. Se escribirán con cifras:
a) Los números que exigirían el empleo de cuatro o más palabras en su escritura con letras: En verano la población asciende a 32 423 habitantes (más claro y de comprensión más rápida que treinta y dos mil cuatrocientos veintitrés). En algunos documentos, como cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., por razones de seguridad, la expresión en cifras va acompañada normalmente de la expresión en palabras: Páguese al portador de este cheque la cantidad de veinticinco mil trescientos treinta y ocho euros.
b) Los números formados por una parte entera y una decimal: El índice de natalidad es de 1,5 (o 1.5, en los países que usan el punto como separador decimal) niños por mujer. También en este caso, en cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., la expresión numérica suele acompañarse de la expresión lingüística: Páguese al portador de este cheque la cantidad de mil doscientos treinta y cuatro euros con veinticinco céntimos. El sustantivo cuantificado por una expresión numérica decimal, incluso si esta designa cantidad inferior a la unidad, debe ir en plural: 0,5 millones de pesos (y no 0,5 millón de pesos).
c) Los porcentajes superiores a diez: En las últimas elecciones votó el 84% de la población. No debe dejarse espacio de separación entre el número y el signo %. Hasta el diez suele alternar el empleo de cifras o palabras en la indicación de los porcentajes: El 3% (o tres por ciento) de los encuestados dijo no estar de acuerdo con la medida. El símbolo % debe leerse siempre «por ciento», no «por cien», salvo en el caso del 100%, que puede expresarse en letras de tres modos: cien por cien, cien por ciento o ciento por ciento. No debe usarse el signo % cuando el porcentaje se expresa con palabras (el tres %). Tanto si se escribe con cifras como con palabras, la expresión de los porcentajes debe quedar dentro de la misma línea: 3 / %, tres / por ciento, tres por / ciento.
d) Los números referidos a unidades de medida, cuando van seguidos del símbolo correspondiente: Madrid dista 40 km de Guadalajara; Mañana se alcanzarán los 35 ºC. No se deben escribir en líneas diferentes la cifra y el símbolo: 40 / km, 5 / ºC.
e) Los números seguidos de la abreviatura del concepto que cuantifican: 5 cts. (‘cinco céntimos’), 45 págs.(‘cuarenta y cinco páginas’), 2 vols. (‘dos volúmenes’). No se deben escribir en líneas diferentes el número y la abreviatura: 5 / cts.
f) Los números pospuestos al sustantivo al que se refieren (expresado o no mediante abreviatura), usados para identificar un elemento concreto dentro de una serie: página 3 (o pág. 3), habitación 317 (o hab. 317), número 37(o núm. 37), tabla 7, gráfico 15, etc.
2. Ortografía de los números escritos con cifras. Para escribir correctamente los números expresados en cifras, debe tenerse en cuenta lo siguiente:
a) Al escribir números de más de cuatro cifras, se agruparán estas de tres en tres, empezando por la derecha, y separando los grupos por espacios en blanco: 8 327 451 (y no por puntos o comas, como, dependiendo de las zonas, se hacía hasta ahora: 8.327.451; 8,327,451). Los números de cuatro cifras se escriben sin espacios de separación: 2458 (no 2 458). En ningún caso deben repartirse en líneas diferentes las cifras que componen un número: 8 327 / 451.
b) Nunca se escriben con puntos, comas ni blancos de separación los números referidos a años, páginas, versos, portales de vías urbanas, códigos postales, apartados de correos, números de artículos legales, decretos o leyes:año 2001, página 3142, código postal 28357.
c) Para separar la parte entera de la decimal debe usarse la coma, según establece la normativa internacional: El valor de π es 3,1416. No obstante, también se admite el uso anglosajón del punto, extendido en algunos países americanos: El valor de π es 3.1416.
d) Las cantidades que tienen como base un sustantivo de significación numeral como millón, millardo, billón, trillón ycuatrillón, siempre que, al menos, las tres últimas cifras de su escritura en números sean ceros, podrán abreviarse mezclando el uso de cifras y letras en su escritura: 327 millones, 3,6 billones, 2 cuatrillones. Son sustantivos, entre otras cosas, porque si se expresa el elemento que cuantifican, este debe ir precedido de la preposición de: 327 millones de habitantes, 2 millardos de dólares. Este método abreviado no es válido para las cantidades en miles, ya que mil no es un sustantivo (la forma sustantiva es millar), sino que forma parte de adjetivos numerales compuestos de dos palabras, en cuya escritura no deben mezclarse cifras y letras; así, no debe escribirse 154 mil personas o12 mil millones, por la misma razón que no escribimos 30 y siete ni cincuenta y 4. Debe escribirse 154 000 personas, 12 000 millones (o doce mil millones).
e) En la expresión abreviada de los numerales ordinales, se utilizan cifras seguidas de letras voladas. Como corresponde a las abreviaturas, se escribirá punto entre la cifra y la letra volada: 1.º (primero), 2.ª (segunda), 3.er(tercer).
3. Uso de los números romanos
3.1. La numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo: I (= 1), V (= 5), X (= 10), L (= 50), C (= 100), D (= 500), M (= 1000). Para escribir correctamente un número utilizando este sistema, es necesario tener en cuenta lo siguiente:
a) Aunque en textos antiguos se usaban a veces letras minúsculas para representar los números romanos, hoy deben utilizarse solo letras con forma mayúscula. Cuando se refieran a sustantivos escritos en minúscula, se recomienda escribirlos en versalitas (letras de figura mayúscula, pero del mismo tamaño que las minúsculas): siglo v, páginas xix-xxiii; y en versales (letras mayúsculas de tamaño superior al de las minúsculas), cuando vayan solos o se refieran a sustantivos escritos con inicial mayúscula: Alfonso X, II Congreso Internacional. Cuando los números romanos se usan con valor ordinal, no deben acompañarse de letras voladas: tomo vi.º, II.ª Guerra Mundial.
b) No debe repetirse hoy más de tres veces consecutivas una misma letra; así, el número 333 se escribe en romanos CCCXXXIII; pero 444 no puede escribirse CCCCXXXXIIII; se escribe CDXLIV. No obstante, en la Antigüedad podían repetirse hasta cuatro veces consecutivas las letras I y X.
c) Nunca se repetirá dos veces una letra si existe otra que por sí sola representa ese valor; así, no puede escribirseVV para representar el número 10, porque ese valor lo representa la letra X.
d) Cuando una letra va seguida de otra de valor igual o inferior, se suman sus valores: VI (= 6), XV (= 15), XXVII (= 27).
e) Cuando una letra va seguida de otra de valor superior, se le resta a la segunda el valor de la primera: IV (= 4), IX(= 9), XL (= 40), XC (= 90), CD (= 400), CM (= 900).
f) El valor de los números romanos queda multiplicado por mil tantas veces como rayas horizontales se tracen encima: así, L (= 50 000), M—— (= 1 000 000 000).
3.2. En la actualidad, solo se usan los números romanos, casi siempre con valor ordinal, en los casos siguientes:
a) En monumentos o lápidas conmemorativas, para indicar los años: MCMXCIX (= 1999). Esta costumbre está cayendo en desuso y actualmente es más normal usar la numeración arábiga.
b) Para indicar los siglos: siglo xv, siglo xxi. Se escriben siempre pospuestos al nombre. No deben usarse, en este caso, números arábigos: siglo 21.
c) Para indicar las dinastías en ciertas culturas: los faraones de la xviii dinastía. Se escriben normalmente antepuestos al nombre. Pueden sustituirse por la abreviatura del numeral ordinal correspondiente: la 18.ª dinastía.
d) En las series de papas, emperadores y reyes de igual nombre: Juan XXIII, Napoleón III, Felipe IV. Se escriben siempre pospuestos al nombre.
e) En la numeración de volúmenes, tomos, partes, libros, capítulos o cualquier otra división de una obra, así como en la numeración de actos, cuadros o escenas en las piezas teatrales: tomo iii, libro ii, capítulo iv, escena viii. Se escriben pospuestos al nombre. En muchos de estos casos, pueden sustituirse por las abreviaturas, antepuestas o pospuestas, de los numerales ordinales correspondientes: tomo 3.º o 3.er tomo, capítulo 12.º o 12.º capítulo; e incluso por números cardinales, aunque en ese caso el número solo puede ir pospuesto al nombre: tomo 3, volumen 2, capítulo 7.
f) En la denominación de congresos, campeonatos, certámenes, festivales, etc.: II Congreso Internacional de la Lengua Española, XXIII Feria del Libro de Buenos Aires. Se escriben antepuestos al nombre. Si el número resulta excesivamente complejo, se prefiere, en su lugar, el uso de las abreviaturas de los numerales correspondientes:78.o Campeonato Mundial de Ajedrez.
g) Para numerar las páginas de secciones preliminares de una obra (prólogo, introducción, etc.), con el fin de distinguirlas de las del cuerpo central: El autor cita a Cervantes en la página xvii del prólogo. Se escriben pospuestos al nombre.
h) Para representar el mes en la expresión abreviada de las fechas.
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poesía3 300x300 La traducción de poesíaComo traductores, sabemos que una de las cosas más difíciles de traducir es la poesía.  La rima, la métrica, la cadencia, la escogencia de palabras, el ritmo: podemos pasar semanas enteras intentando traducir un poemacorto.  Un poema resulta de la combinación única entre ciertas palabras y hace uso de la música de un específico.  ¿Cómo debemos enfrentar, entonces, la tarea de traducir ?
En su texto “Sobre los aspectos lingüísticos de la ”, Roman Jakobson afirma que la poesía —por definición— es intraducible.  De ser así, al abordar un poema debemos olvidarnos de traducir, y más bien llevar a cabo una “transposición creativa”.  Burton Raffel ha sostenido que la traducción de la poesía, si no es poesía “vuelta a nacer”, no es nada.
El poema Digging, de , constituye un ejemplo claro de la dificultad de traducir poesía.  Comienza así:
Between my finger and my thumb
The squat pen rests; as snug as a gun.
Under my window a clean rasping sound
When the spade sinks into gravelly ground:
My father, digging.  I look down […]
Por ejemplo, el escritor y traductor Ezequiel Zaidenwerg tradujo este inicio de la siguiente forma:
Entre mis dedos índice y pulgar
cargo la pluma fuente, como un arma.
Entra por la ventana un ruido áspero
—la pala que entierra en la gravilla—
Y me asomo: mi padre está cavando.
Como podemos observar, la traducción de Zaidenwerg contiene cambios importantes.  No obstante, en un caso como la poesía, es justo lo que se tendría que hacer.  En lo personal, me parece que la traducción de Zaidenwerg es sumamente acertada.  Al alterar hasta los signos ortográficos logra una nueva versión del poema: como dice Raffel, lo ha creado nuevamente.
Sin embargo, surge otra interrogante: ¿Cuánta libertad es demasiada libertad?  Al asumir que la traducción de la poesía es imposible y que, como traductores, está en nuestras manos crear un producto nuevo, ¿cuál es el límite, si es que lo hay?
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20155268.thb  150x150 Cuidado con los falsos amigosA no confundir; no voy a hablar de la amistad o de cómo elegir amigos que no nos traicionen. Simplemente voy a recordarles algunos puntos básicos sobre los llamados “”, que suelen dar más de un dolor de cabeza a traductores inexpertos de inglés al español y viceversa.
Se trata de los  o “”. Son aquellos términos que tienen un mismo , pero que fonéticamente han evolucionado en forma diferente. Si se tiene en cuenta que hay muchísimas lenguas indoeuropeas, no resulta difícil imaginarse el porqué del parecido de tantas palabras en pares de idiomas en los que una proviene del latín y la otra tiene origen germánico, por ejemplo. Consideremos, a modo ilustrativo, algunos equivalentes del vocablo noche: nit en catalán y nuit en francés, Nacht en alemán y nat en danés.
En cuanto al par de idiomas que aquí nos concierne, tanto el español como el inglés tienen raíces proto-indoeuropeas, y está a la vista que de noche a night hay sólo algunos pasos fonéticos. Es cierto que, en donde estos dos idiomas se hablan, la noche se vive de diferentes maneras, pero esto es claramente una cuestión cultural y, al menos por ahora, la pasaremos por alto. Sí hay que recordar que no todo lo que brilla es oro y no todas las palabras que se parecen en sus  e inglés son cognados. Aquí aparecen los falsos cognados y sí, son  de los que hay que cuidarse como de la mala lengua de un vecino chismoso.
¿Quién no se encontró alguna vez con el término actual del inglés traducido como “actual” en español? Ya sabemos que la traducción al español sería “real, concreto”. Lo que en español significa “actual”, en inglés es current. Del mismo modo,argument no refiere al argumento o tema de una obra, novela o película (lo cual en inglés sería plot) sino a una pelea, discusión, confrontación verbal. O lecture, que no significa “lectura” (que sería reading) sino “conferencia”. También “sensible”, en inglés, equivale al término “sensato” en español, y no a “sensible”, que seríasensitive. Y podríamos seguir citando ejemplos.
Confiamos en que sabrán prestar atención a los falsos amigos lingüísticos, así que les dejo un consejo de amiga: no caigan nunca en un argument si no tienen suficientes argumentos, pues sería terrorífico, lo cual está muy lejos de ser terrific.