La notación de la hora es uno de los temas que suscitan más dudas a los hispanohablantes, sobre todo en la era de la revolución digital, cuando los grandes centros exportan grafías novedosas que conquistan a muchos por su pretendida modernidad. La Real Academia Española expone en su sitio web las normas para escribir la hora en nuestra lengua.
Para expresar la hora se utiliza la serie de los números cardinales, de acuerdo con dos modelos diferentes:
a) Aquel en que se utilizan solo los números del 1 al 12 y se añade, en caso de ser necesario, la indicación del tramo del día en el que se incluye la hora que se expresa: «de la mañana» (desde que sale el sol hasta el mediodía, o desde la medianoche hasta que amanece): A las nueve de la mañana hacía ya un calor insoportable; Me desperté a las tres de la mañana y ya no pude conciliar el sueño; «de la tarde» (desde el mediodía hasta que el sol se pone): Contraerán matrimonio mañana, a la una de la tarde; Falleció en su casa a las seis y cuarto de la tarde; «de la noche» (desde que anochece hasta la medianoche): No llegaron hasta pasadas las once de la noche; La puerta se cierra a las doce en punto de la noche; «de la madrugada» (desde la medianoche hasta que amanece): A las tres de la madrugada el frío era insoportable; Una llamada telefónica lo despertó a las cuatro y media de la madrugada. No es correcta la expresión *doce de la tarde, usada en lugar de doce de la mañana, del día o del mediodía. Para indicar las principales fracciones horarias se utilizan las expresiones en punto, y cuarto, y media y menos cuarto; en algunos países americanos como Chile, Venezuela, Perú, México y Ecuador, en lugar de menos cuarto se emplea la fórmula un o al [Méx.] cuarto para...: «Empiezo muy temprano, un cuarto para las siete» (Época [Chile] 11.7.97); «Era un cuarto para las diez» (Vargas Llosa Conversación [Perú 1969]); «El sol sale a un cuarto para las seis» (Morón Gallo [Ven. 1986]); «Al cuarto para la una cierra el templo» (Elizondo Setenta [Méx. 1987]). El modelo de doce horas es el más utilizado cuando la hora se escribe con letras, y el más común en textos literarios y periodísticos. No obstante, este sistema también puede utilizarse si se opta por escribir la hora con cifras; pero, en ese caso, para evitar ambigüedades, deben emplearse, tras los números, las abreviaturas a. m. (del lat. ante merídiem ‘antes del mediodía’) y p. m. (del lat. post merídiem ‘después del mediodía’): 5.30 a. m. (‘cinco de la mañana o de la madrugada’) y 5.30 p. m. (‘cinco de la tarde’). Para las doce de la mañana se recomienda el empleo de la abreviatura m. (del lat. meridies ‘mediodía’): «Estudiantes con carné, gratis antes de las 12 m.» (Tiempo [Col.] 28.4.97).
b) Aquel en que se utilizan los números del 0 (para las doce de la noche) al 23, que presenta la ventaja de no requerir precisiones adicionales, ya que cada hora del día le corresponde un número diferente. Este modelo se expresa con preferencia en cifras, en lugar de letras, y se usa especialmente en contextos en que se requiere la máxima precisión con el mínimo de elementos: El autobús saldrá a las 15.30 h de la plaza de España. Aunque es menos común su empleo cuando la hora se escribe con letras, no faltan ejemplos de ello en contextos particulares, como demuestran los ejemplos siguientes: «Ingresó el 10 de octubre de 1930, a las diecinueve horas» (Baroja Vuelta [Esp. 1944-49]); «El sol se había puesto a las diecisiete y, a pesar de las nubes, pude bajar un par de astros» (Fogwill Cantos [Arg. 1998]); «[La campaña] comenzará oficialmente a las cero horas del viernes» (Vanguardia [Esp.] 2.11.95).
3. Como ya hemos visto, la expresión de las horas puede hacerse mediante letras o mediante números, y ello depende, básicamente, del tipo de texto de que se trate:
a) En textos literarios y periodísticos, así como en cualquier otro tipo de texto en que la precisión horaria no es un factor de especial relevancia, la hora se escribe preferentemente con letras: Su padre lo llamó a las diez de la noche para recordarle que debía acompañarlo al médico al día siguiente.
b) En horarios, convocatorias, actas, informes técnicos o científicos y cualquier otro tipo de texto en que la precisión en la indicación de la hora es un factor relevante, se utilizan preferentemente las cifras: La cena se servirá a las 22.30 en el comedor principal. Se ruega puntualidad.
No es recomendable mezclar el uso de letras y cifras; así, es preferible escribir las diez de la noche que las 10 de la noche.
En el uso de letras o cifras también influye el hecho de que se trate de horas exactas o aproximadas. En la expresión aproximada de las horas no suelen utilizarse cifras, sino letras, y se emplean fórmulas como alrededor de, hacia, y pico), pasadas, etc.: «La orquesta debía comenzar a las ocho y eran las diez pasadas» (Vargas Llosa Casa [Perú 1966]); «Hacia las ocho de la tarde dieron por acabada la audiencia» (GaPavón Reinado [Esp. 1968]); «Aparecía por la clínica diariamente, alrededor de las cinco de la tarde» (Marsé Tardes [Esp. 1966]); «Serían las dos y pico de la tarde» (Chávez Batallador [Méx. 1986]). Cuando se expresan horas exactas, puede optarse por utilizar letras o números, teniendo en cuenta las preferencias señaladas anteriormente en función del tipo de texto.
4. Cuando se utilizan cifras en la expresión de la hora, hay que tener en cuenta lo siguiente:
a) Para separar las horas de los minutos, puede optarse por el uso del punto o de los dos puntos: 17.30 o 17:30.
b) Opcionalmente, puede emplearse tras las cifras el símbolo h (‘hora’), que, como todos los símbolos, debe escribirse sin punto (salvo, naturalmente, que se trate del punto que marca el final del enunciado): 17.30 h o 17:30 h. También es posible desglosar la mención de horas y minutos, e incluso segundos, utilizando para ello los símbolos correspondientes: La bomba se lanzó a las 15 h 24 min 12 s en un remoto paraje de Siberia. Este desglose es más común cuando se quiere expresar no tanto el momento en que ocurre un hecho, como su duración, especialmente en contextos científicos, deportivos y cualesquiera otros en que la precisión es esencial: El período de rotación de Marte es de 24 h 37 min 23 s; El primer clasificado hizo un tiempo de 13 h 35 min 14 s; El tiempo de cocción es de 2 h 40 min.
c) Las horas en punto se expresan mediante dos ceros en el lugar que corresponde a los minutos: 22.00 o 22:00. Pueden omitirse los dos ceros si tras la indicación de la hora se escribe el símbolo h. El acto comenzará a las 22 h.
d) Cuando se utilicen las abreviaturas a. m., m. y p. m., no debe usarse, además, el símbolo h, por ser evidente que se trata de una referencia horaria. Lo correcto es escribir 17.30 h, 5.30 p. m. (o 17:30 h, 5:30 p. m.).
Para expresar la hora se utiliza la serie de los números cardinales, de acuerdo con dos modelos diferentes:
a) Aquel en que se utilizan solo los números del 1 al 12 y se añade, en caso de ser necesario, la indicación del tramo del día en el que se incluye la hora que se expresa: «de la mañana» (desde que sale el sol hasta el mediodía, o desde la medianoche hasta que amanece): A las nueve de la mañana hacía ya un calor insoportable; Me desperté a las tres de la mañana y ya no pude conciliar el sueño; «de la tarde» (desde el mediodía hasta que el sol se pone): Contraerán matrimonio mañana, a la una de la tarde; Falleció en su casa a las seis y cuarto de la tarde; «de la noche» (desde que anochece hasta la medianoche): No llegaron hasta pasadas las once de la noche; La puerta se cierra a las doce en punto de la noche; «de la madrugada» (desde la medianoche hasta que amanece): A las tres de la madrugada el frío era insoportable; Una llamada telefónica lo despertó a las cuatro y media de la madrugada. No es correcta la expresión *doce de la tarde, usada en lugar de doce de la mañana, del día o del mediodía. Para indicar las principales fracciones horarias se utilizan las expresiones en punto, y cuarto, y media y menos cuarto; en algunos países americanos como Chile, Venezuela, Perú, México y Ecuador, en lugar de menos cuarto se emplea la fórmula un o al [Méx.] cuarto para...: «Empiezo muy temprano, un cuarto para las siete» (Época [Chile] 11.7.97); «Era un cuarto para las diez» (Vargas Llosa Conversación [Perú 1969]); «El sol sale a un cuarto para las seis» (Morón Gallo [Ven. 1986]); «Al cuarto para la una cierra el templo» (Elizondo Setenta [Méx. 1987]). El modelo de doce horas es el más utilizado cuando la hora se escribe con letras, y el más común en textos literarios y periodísticos. No obstante, este sistema también puede utilizarse si se opta por escribir la hora con cifras; pero, en ese caso, para evitar ambigüedades, deben emplearse, tras los números, las abreviaturas a. m. (del lat. ante merídiem ‘antes del mediodía’) y p. m. (del lat. post merídiem ‘después del mediodía’): 5.30 a. m. (‘cinco de la mañana o de la madrugada’) y 5.30 p. m. (‘cinco de la tarde’). Para las doce de la mañana se recomienda el empleo de la abreviatura m. (del lat. meridies ‘mediodía’): «Estudiantes con carné, gratis antes de las 12 m.» (Tiempo [Col.] 28.4.97).
b) Aquel en que se utilizan los números del 0 (para las doce de la noche) al 23, que presenta la ventaja de no requerir precisiones adicionales, ya que cada hora del día le corresponde un número diferente. Este modelo se expresa con preferencia en cifras, en lugar de letras, y se usa especialmente en contextos en que se requiere la máxima precisión con el mínimo de elementos: El autobús saldrá a las 15.30 h de la plaza de España. Aunque es menos común su empleo cuando la hora se escribe con letras, no faltan ejemplos de ello en contextos particulares, como demuestran los ejemplos siguientes: «Ingresó el 10 de octubre de 1930, a las diecinueve horas» (Baroja Vuelta [Esp. 1944-49]); «El sol se había puesto a las diecisiete y, a pesar de las nubes, pude bajar un par de astros» (Fogwill Cantos [Arg. 1998]); «[La campaña] comenzará oficialmente a las cero horas del viernes» (Vanguardia [Esp.] 2.11.95).
3. Como ya hemos visto, la expresión de las horas puede hacerse mediante letras o mediante números, y ello depende, básicamente, del tipo de texto de que se trate:
a) En textos literarios y periodísticos, así como en cualquier otro tipo de texto en que la precisión horaria no es un factor de especial relevancia, la hora se escribe preferentemente con letras: Su padre lo llamó a las diez de la noche para recordarle que debía acompañarlo al médico al día siguiente.
b) En horarios, convocatorias, actas, informes técnicos o científicos y cualquier otro tipo de texto en que la precisión en la indicación de la hora es un factor relevante, se utilizan preferentemente las cifras: La cena se servirá a las 22.30 en el comedor principal. Se ruega puntualidad.
No es recomendable mezclar el uso de letras y cifras; así, es preferible escribir las diez de la noche que las 10 de la noche.
En el uso de letras o cifras también influye el hecho de que se trate de horas exactas o aproximadas. En la expresión aproximada de las horas no suelen utilizarse cifras, sino letras, y se emplean fórmulas como alrededor de, hacia, y pico), pasadas, etc.: «La orquesta debía comenzar a las ocho y eran las diez pasadas» (Vargas Llosa Casa [Perú 1966]); «Hacia las ocho de la tarde dieron por acabada la audiencia» (GaPavón Reinado [Esp. 1968]); «Aparecía por la clínica diariamente, alrededor de las cinco de la tarde» (Marsé Tardes [Esp. 1966]); «Serían las dos y pico de la tarde» (Chávez Batallador [Méx. 1986]). Cuando se expresan horas exactas, puede optarse por utilizar letras o números, teniendo en cuenta las preferencias señaladas anteriormente en función del tipo de texto.
4. Cuando se utilizan cifras en la expresión de la hora, hay que tener en cuenta lo siguiente:
a) Para separar las horas de los minutos, puede optarse por el uso del punto o de los dos puntos: 17.30 o 17:30.
b) Opcionalmente, puede emplearse tras las cifras el símbolo h (‘hora’), que, como todos los símbolos, debe escribirse sin punto (salvo, naturalmente, que se trate del punto que marca el final del enunciado): 17.30 h o 17:30 h. También es posible desglosar la mención de horas y minutos, e incluso segundos, utilizando para ello los símbolos correspondientes: La bomba se lanzó a las 15 h 24 min 12 s en un remoto paraje de Siberia. Este desglose es más común cuando se quiere expresar no tanto el momento en que ocurre un hecho, como su duración, especialmente en contextos científicos, deportivos y cualesquiera otros en que la precisión es esencial: El período de rotación de Marte es de 24 h 37 min 23 s; El primer clasificado hizo un tiempo de 13 h 35 min 14 s; El tiempo de cocción es de 2 h 40 min.
c) Las horas en punto se expresan mediante dos ceros en el lugar que corresponde a los minutos: 22.00 o 22:00. Pueden omitirse los dos ceros si tras la indicación de la hora se escribe el símbolo h. El acto comenzará a las 22 h.
d) Cuando se utilicen las abreviaturas a. m., m. y p. m., no debe usarse, además, el símbolo h, por ser evidente que se trata de una referencia horaria. Lo correcto es escribir 17.30 h, 5.30 p. m. (o 17:30 h, 5:30 p. m.).
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